Visitaba a una amiga recién parida en el Hospital General Universitario Enrique Cabrera, conocido como el Nacional, y en la cama contigua, muy alegre, Leuris Pupo cuidaba de su esposa, y primer hijo.

Ese momento sirvió para reencontrar al holguinero que, sin reponerse aún de la emoción de ganar su medalla de oro en la pistola rápida  a 25 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en el mismo campo de tiro, junto a su entrenador Menardo Pérez, accedió con humildad a conversar con Granma.

El holguinero de 46 años, ante la preparación en busca de su tercera medalla en citas estivales –tras su plata en Tokio 2020– desde El Cairo, Egipto, donde lunes y martes competirá en la Copa del Mundo, hizo un «alto al fuego» para, con igual nobleza, hablarnos de su quehacer.

— ¿Cuál es el interés en el evento de la capital egipcia?

—  Acá estamos un grupo, bastante grande, de tiradores de alto nivel mundial clasificados para el torneo olímpico como los alemanes, franceses, sudcoreanos y me enfoco en hacer mi trabajo, entrenando en satisfactorias condiciones, para que salga el resultado. Siempre estoy centrado en hacer una buena competencia y, en la final, luchar por una medalla.

— Eres el primer clasificado olímpico de Cuba y estos serán tus séptimos juegos.

— Trato de clasificar temprano, desde que comienzan a otorgar las plazas, porque eso da cierta tranquilidad. Mis séptimos juegos es una hazaña, por todas las necesidades que afrontamos debido al bloqueo de Estados Unidos. Creo que no existe otro deporte en Cuba que pase por tantas limitaciones, en las instalaciones para entrenar y en los implementos para tirar, es hacer simulación sin ver resultados.

— Después de la Copa del Mundo, ¿cómo continuarás tu preparación?

—  Por estrategia del INDER se priorizará un grupo de atletas que, por su historial y posibilidades, puede dar medallas al país. Pienso asistir a todas las competencias de preparación y bases de entrenamiento. En febrero estaré en Lucca, Italia, perfilando el trabajo, además, aprovecharé para mejorar y remodelar mi pistola Pardini, pues la fábrica se encuentra allí. Después, en marzo, tengo una base en Argentina o El Salvador, en el primero de estos países competiré en un torneo de América, para seguir a las Copas del Mundo, en Brasil, Bakú y Munich. Pasaré entonces a Granada, España, hasta llegar a París.

— Tu familia está orgullosa de tí, ¿los pequeños seguirán la senda de su padre?

— Eso no tiene comparación, la familia está por encima todo, son mi inspiración para continuar. Mis hijos, Celine Pupo Cruz, de 11 años y Leuris, de ocho, y la madre Yimnay Hernández. Sobre la inclinación por el tiro, vamos a esperar más adelante, porque tienen puntería los dos.

Por federico

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