Brindar oportunidades de acceso a un empleo digno, con garantías que respalden los derechos de los trabajadores, ha sido en el periodo revolucionario un objetivo primordial del sistema social cubano.

Con el fin de que cada vez sean menos las personas vulnerables por falta de este derecho fundamental, y como paliativo a una notable fluctuación laboral, surgió una iniciativa que, si bien no es del todo novedosa en su concepto, sí lo es ahora en la manera masiva en que se desarrolla: las ferias de empleo.

Convocadas y coordinadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y sus estructuras a todos los niveles, el pasado 16 de febrero se concretó la primera que en 2024 tiene carácter nacional, aunque cada provincia aplica también sus estrategias particulares para sostenerlas en el tiempo.

A su impacto, resultados, y también a sus luces y sombras en aras de hacerlas más exitosas y efectivas, se acercó nuestro diario.

EL BALCÓN DEL ORIENTE: PUERTAS ABIERTAS AL TRABAJO

Como en la mayoría de los territorios, 2023 fue un año complejo en materia de inestabilidad de personal para Las Tunas. Si bien golpeó el fenómeno migratorio, también lo hizo la movilidad de fuerzas hacia el sector privado, en busca de mejores salarios, ante la inflación que persiste en el país, entre otras causas.

Por ende, la mayoría de las entidades locales necesitan hoy de recursos humanos para cumplimentar sus respectivos objetos sociales, por lo que estas ferias les vienen como anillo al dedo, un aspecto al que se refirió Valentina Aguilera Puig, subdirectora provincial de Empleo, Capacitación y Fuerza de Trabajo Calificada.

«Estas ferias dan la posibilidad de que las entidades puedan gestionar recursos humanos y que, por otra parte, se acerquen hasta aquí las personas sin vínculo laboral. Ha sido buena la concurrencia, pero creemos que es una convocatoria que puede mejorar, porque tenemos, entre las de subordinación local y nacional, 302 entidades, y todas pueden llegar hasta aquí, porque realmente hay grandes necesidades de capital humano».

Si bien las ferias, tanto las de carácter nacional como las que cada mes llegan hasta diversas comunidades tuneras, han demostrado su valía, hay ciertas deudas pendientes que limitan los resultados, aseguró Aguilera Puig.

«Las entidades captan aquí a posibles trabajadores, esas personas incluso reciben su boleta, pero finalmente no todos se incorporan, y el objetivo más importante de estas ferias es que todas las personas a las que les demos una posibilidad de vínculo laboral, la materialicen. En este sentido, municipios como Colombia, Puerto Padre y Amancio han logrado buenos porcientos de incorporación, y estamos trabajando con el resto».

Como directora de la Oficina Territorial de Empleo para el Turismo, Margarita Segura Cedeño tiene ya una experiencia que comentar respecto a estas inciativas.

«Estamos aquí por un proceso de fluctuación laboral muy difícil que estamos afrontando, asociado, fundamentalmente, a insatisfacciones con los salarios y al proceso migratorio. Todo eso ha hecho posible que se nos debilite tanto la fuerza en activo como la bolsa de empleo.

«Realmente han venido personas interesadas, pero no han sido todas las que esperábamos. Yo creo que debemos seguir divulgando la feria, promocionándola, llevarla a un espacio más amplio, más visible. El otro problema que vemos, y es el principal, es que las personas llegan hasta aquí, muestran interés, pero luego no se incorporan».

La directiva señaló, además, que existen en el sector plazas vacantes que pudieran ser muy atractivas, sobre todo para los jóvenes, y que Formatur ofrece cursos variados para capacitar a los interesados.

No obstante, hay otros aspectos que limitan tanto la asistencia de personas interesadas a la feria como su posterior incorporación al trabajo. Yanetsi

Róbinson García, trabajadora social de las circunscripciones 16 y 17 del municipio cabecera, tiene sus criterios al respecto.

«Yo pienso que hay interés en trabajar, pero realmente la mayoría de los desvinculados son personas que han sido sancionadas en un momento determinado, personas con un nivel escolar bajo, amas de casa, y todavía nos falta que estas ferias abran más oportunidades para ese sector de la población».

Reinier Llero, residente en el municipio de Las Tunas, quien recorrió los espacios de varias entidades, dijo a Granma que «esta es una oportunidad muy buena; lo que sucede es que, en ocasiones, se piden muchos requisitos, y uno tiene tal vez la experiencia, pero no tiene el título, o tienes algunos requisitos, pero no los tienes todos. Yo pienso que deberían ser un poco más flexibles, si verdaderamente ellos tienen necesidad de trabajadores y nosotros necesidad de trabajar».

UNA PROPUESTA VIABLE PARA LOS VILLACLAREÑOS

La alegría en el rostro de Yairys Leiva y de la familia que la acompañaba en la feria de empleo desarrollada el pasado viernes en el reparto José Martí, de Santa Clara, lo decía todo. Después de varios meses de búsqueda infructuosa de un trabajo que le permitiera apoyar la manutención de sus dos hijos, logró contratarse como torcedora de tabaco.

«Me han explicado que, una vez que me capacite, puedo ganar un buen salario, lo cual me motiva a prepararme en un oficio que, a pesar de ser nuevo para mí, no me asusta», dijo la joven de 23 años, residente en el reparto Condado, de Santa Clara.

Yairys es parte de los más de 1 200 personas, en su mayoría jóvenes y mujeres que han encontrado trabajo en Villa Clara, en las tres ferias realizadas hasta la fecha.

Yamilé López Yanes, subdirectora de Empleo en la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, destacó la aceptación que ha tenido esta iniciativa, en especial en aquellos que se encontraban sin una fuente de empleo segura que le facilitara la ayuda a la familia.

«La mayoría de los que han accedido al trabajo a través de las ferias han optado por laborar en el sector estatal; mientras otros aceptaron propuestas del no estatal, sector que, aunque en la última actividad tuvo una mejor participación, debe sumarse con mayor energía a este novedoso ofrecimiento», aseguró la funcionaria.

Ejemplo de lo anterior es que, de los 223 empleadores que participaron en la última feria, 175 provenían del sector estatal, mientras 48 están vinculados a la parte no estatal de nuestra economía, detalló López Yanes, quien añadió que, del total de ubicados, 199 prefirieron trabajar con el Estado y 103 en el sector no estatal, mientras 122 optaron por los cursos de habilitación para el empleo.

Por federico

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *