La voluntad del Gobierno cubano de mantener entre sus líneas de trabajo la prevención y el monitoreo constante de los incendios forestales fue refrendada por el coronel Manuel Lamas Gómez, jefe del Cuerpo de Guardabosques de Cuba.

Esta postura se corresponde con el compromiso expresado ante las Naciones Unidas, de luchar contra los efectos del cambio climático –explicó–, lo cual se encuentra recogido en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, que apunta a aumentar la cobertura forestal en un 33 %.

Precisó que el pasado 22 de enero, la Gaceta Oficial de la República publicó la Resolución 59/2023, que se apoya en la Ley No. 85 Ley Forestal, de 21 de julio de 1998, para reforzar su Capítulo II, referido al marco institucional y las funciones y atribuciones del Ministerio del Interior (Minint) respecto al patrimonio forestal.

La norma establece que el Cuerpo de Guardabosques es el órgano responsable de coordinar el Grupo de Trabajo Nacional para la Dirección Operativa de la Campaña de Protección Contra Incendios Forestales.

El coronel Lamas Gómez señaló que la educación preventiva de los ciudadanos es fundamental para reducir las indisciplinas que conducen a la ocurrencia de incendios forestales, lo cual constituye la principal prioridad de la campaña que se desplegará en 2024.

Identificó los meses de enero a mayo como los de mayor peligro, la época menos lluviosa.

El especialista explicó que, de acuerdo con los pronósticos del Instituto de Meteorología, el territorio nacional se encontrará bajo los efectos del fenómeno climatológico El Niño, que incide en precipitaciones superiores a la media histórica, en el pasado mes de enero y en el actual febrero, aunque en marzo y abril podría ocurrir la mayoría de los siniestros previstos para el periodo.

Por esos factores, dijo, se estima que la presente campaña será de menor intensidad que la del pasado año, en el cual se detectaron 613 incendios forestales, que cubrieron 13 969 hectáreas de bosques y casi 500 hectáreas de herbazales de ciénaga.

Puntualizó que los territorios más afectados en ese apartado en 2023 fueron Pinar del Río (114 incendios), Holguín (79), el municipio especial Isla de la Juventud (69), Artemisa (45) y Matanzas (40), con especial mención al ocurrido en Pinares de Mayarí, que provocó grandes daños ambientales en 4 638 hectáreas de bosques.

Aunque se reportaron varios siniestros, 2023 confirmó una tendencia al decrecimiento de las áreas boscosas afectadas, gracias a los sistemas de alerta temprana y de respuesta rápida, que han permitido controlar alrededor del 70 % de los incendios antes de que las llamas cubran más de cinco hectáreas, lo cual es potenciado por la gran participación popular local, acotó.

El Jefe del Cuerpo de Guardabosques de Cuba insistió en que en más del 90 % de los casos se logró identificar la actividad humana como el origen de la catástrofe, asociadas principalmente al uso del fuego para actividades agrícolas sin la debida autorización, la presencia de cazadores y pescadores furtivos, la circulación de vehículos sin matachispas, la acción de fumadores o transeúntes irresponsables y la minería ilegal, entre otras causas.

Solo el 2 % o 3 % de los incendios se inician por causas naturales como las descargas eléctricas, la sequía y el calentamiento resultado del cambio climático, lo cual evidencia la necesidad de trabajar por la concientización de las personas, afirmó.

Por federico

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