Al cierre del mes de junio, en Cuba se impusieron 753 056 multas, por un monto ascendente a 944 millones de pesos, decreciendo en 89 226 multas con respecto a igual periodo del año anterior.
De acuerdo con Heidi Bas Sosa, directora de Multas del Ministerio de Finanzas y Precios (mfp), el 83 % de la imposición se concentra en la Dirección de Inspección del Consejo de la Administración Municipal, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Salud Pública.
En reunión con los directores provinciales del organismo, puntualizó que el país alcanza una eficacia en el cobro del 86,9 %, con un crecimiento del 1,7 %, e inciden de forma negativa en estos resultados el comportamiento de algunas provincias como La Habana, Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque y Las Tunas.
Acotó que el ingreso por cobro de multas se incrementa un 44 % con relación al año anterior, al cobrarse más de 782 millones de pesos, un comportamiento dado, en lo fundamental, por el aumento del valor promedio de la multa.
Bas Sosa precisó que el control y cobro de multas se soporta en un sistema nacional automatizado (cgm) que se encuentra en proceso de perfeccionamiento y desarrollo.
Puntualizó que el 70 % de las multas pendientes por cobrar se concentran en seis provincias: La Habana (32,2 %), Pinar del Río (9 %), Holguín (8,3 %), Santiago de Cuba (7,3 %), Matanzas (7,4 %) y Camagüey (6,4 %).
La directiva destacó el empleo de la plataforma Transfermóvil, a través de la que, hasta el cierre de junio, se pagaron 122 974 multas, una cifra que dista solo en 19 473 de la alcanzada en todo 2023, lo que evidencia la aceptación y facilidad de esta forma de pago.
Agregó que, del total, unas 62 000 corresponden a contravenciones, y más de 75 000 infracciones de tránsito, recaudándose por esa vía importes ascendentes a más de 87 millones de pesos.
Vladimir Regueiro Ale, titular del mfp, expresó que existe impunidad en el cobro de multas por lo que instó a transformar las formas en la que se realiza el ejercicio mediante estrategias específicas, muestra de ello son las propias acciones de movilización con el respaldo de los Gobiernos municipales.
Resaltó que no se explota al máximo el sistema informático: «para pensar en una transformación digital primero tenemos que tener un adecuado desarrollo y, sobre todo, transformar el modo como lo estamos haciendo».